¡A por nuevas posibilidades!

El comienzo de un nuevo año representa simbólicamente un pequeño renacimiento: cada vez, nos impulsa a elaborar mentalmente listas de buenos propósitos, objetivos a alcanzar o retos a superar, más o menos realistas. Un ritual que encuentra en el 1 de enero el momento emblemático para manifestarse. Si esos buenos propósitos se cumplen o no, sólo el año que pasa puede decírnoslo, pero inevitablemente, al comienzo de cada enero, nos acompaña un impulso de planificar, de desear hacer realidad los sueños.

 

Hoy nos gustaría ofrecerte algunos elementos de reflexión para ayudarte a recibir este nuevo año con un espíritu de apertura y crecimiento personal. 

¿Nuestro consejo? Un paso a la vez.

 A veces ocurre que nos dejamos llevar por el entusiasmo y nos fijamos objetivos inalcanzables o demasiado optimistas en relación con nuestra situación actual, lo que inevitablemente hace que nuestros propósitos no se cumplan. Para evitar el sentimiento de ineptitud que puede generar una expectativa insatisfecha, nuestro consejo es establecer objetivos pequeños y realistas orientados a una mejora real de nuestra vida cotidiana. Un paso a la vez es el enfoque que nos gusta practicar, sin prisas por llegar y sin la necesidad de una carrera con nosotros mismos. El camino hacia un objetivo es tan importante como el propio objetivo, y nos permite conocernos mejor, comprender nuestras debilidades, nuestros puntos de mejora y nuestros puntos fuertes. No subestimemos la importancia del camino hacia una meta.

Elegimos la evolución en lugar de la perfección.

El viaje para transformarnos dura toda la vida, no sólo un año. Por eso es poco probable esperar el resultado final, la perfección, de inmediato. A decir verdad, la perfección es un concepto que tiene poco que ver con nuestras vidas, por lo que nos parece que haya llegado el momento de cambiar nuestro punto de vista: aspirar a una mejora constante, un camino en movimiento, en lugar de la perfección como punto fijo en el tiempo. Y recordar que a menudo en la vulnerabilidad está la semilla de una nueva oportunidad.

Nuestros errores, inseguridades y momentos de debilidad forman parte del viaje: aceptar los momentos negativos sin culpa es el camino hacia la mejora y el crecimiento personal.

Citando a Aristóteles, "las personas perfectas no se pelean, no mienten, no se equivocan y no existen". ¡Más claro que eso!

Así que, ¡buen comienzo de 2022 para todos! Nuestro único deseo es vivirlo conscientemente, permaneciendo en el presente, y aprovecharlo.

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